Camundongo, por Fernando de la Rúa y Marco Ruviaro

Camundongo, por Fernando de la Rúa y Marco Ruviaro

El pequeño ratoncito que paseaba tranquilamente por las calles de Madrid jamás podría imaginar, se le hubieran dotado de imaginación, que ahí en las cercanías le estaban prestando un homenaje. Fernando de la Rúa, excepcional guitarrista y amigo ya desde hace muchos años, tocaba la guitarra 7 cuerdas y yo el mandolín. Estábamos haciendo en la noche del 30 de septiembre de 2010 un homenaje musical al pequeño roedor, que lo ignoraba del todo.

Camundongo, de Waldir Azevedo

El siempre inesperable Duo Baguá ejecutaba en aquel momento el Choro Camundongo, del muy conocido compositor y cavaquinista brasileño Waldir Azevedo. El lugar, algo como un bar ahí muy cerca de la metro Latina, en pleno corazón madrileño, es ya no de hoy uno de los puntos de encuentro de los “chorões” españoles.

Otros ratones que andaban por los alrededores de la estación Latina de la metropolitana madrileña afirmaron que el ratoncito en cuestión se ha puesto a sonreír, pero… no tenemos pruebas.

El simpático ratoncito ni siquiera soñaba con el homenaje

El simpático ratoncito ni siquiera soñaba con el homenaje

La calidad del audio, reconozcamos, no es exactamente de las más altas que ya se han visto en la historia de las grabaciones musicales. Pero, aun así, la expresión musical en vivo, el contacto con el público y, sobretodo, el homenaje al ratoncito ése, justifican sin dudas la publicación de ese registro histórico-musical que hago hoy.

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6 Comments

  1. Giuse · 1 November 2011

    grandi, tutt’e due!
    ci saranno altri pezzi, spero?

  2. Carla · 1 November 2011

    Linda gravação, Marco!!!!!!!!!!!! Parabéns! Espero, em breve, ouvir mais ao vivo e a cores.

  3. Jenif · 2 November 2011

    Che bella!

  4. Yara Silvia · 5 November 2011

    Cresci ouvindo o vovô assobiar/tocar/cantar essa música. Lembro-me de um trecho da letra que não sei se existe mesmo ou se, como sempre fazia, ele inventou… rs rs rs

  5. Cyro · 12 November 2011

    Pois é, Yara. Também me lembro do vovô assobiando pelos cantos. O trecho de letra, acho que era invenção dele.

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